Alonso Cueto escribe una historia profundamente femenina

Publicado en por Daniel Ramirez

Despúes de 25 años, Rebeca y Verónica, que fueron amigas en el colegio, vuelven a verse. Verónica es una mujer que goza de una vida plena, con todo lo que soñó. Mientras, Rebeca, soporta el tormento de su grotesca gordura. La soledad, la amargura y la rabia abonan su sed infinita de culpar a alguien. Ellas son las protagonistas de El susurro de la mujer ballena, la novela de escritor peruano Alonso Cueto, finalista de la primera edición del Premio Planeta-Casa América de Narrativa.

En la obra Cueto, un narrador con “exquisito talento” según la crítica, mira al interior de la mente femenina usando a Verónica como vehículo en un viaje a través de los complejos de Rebeca.

¿Por qué meterse en los zapatos de una mujer para contar una historia?

Esta es la historia de una amistad, de un reencuentro. Como se trataba de la historia de una amistad me parecía que era mejor, más interesante, y con más posibilidades que los dos personajes fueran mujeres, porque me parece que en general las mujeres están mejor dotadas para la amistad, tiene una mayor capacidad de compromiso emocional, y viven de una manera más plena las relaciones humanas. Los hombres estamos encerrados en nosotros mismos. No se puede generalizar, pero las mujeres son las que se acuerdan de los cumpleaños, por ejemplo. Por esto tenía más posibilidades de exploración narrativa. También me parece que el mundo interior de las mujeres es más vasto, más rico y más intenso que el de los hombres.

Es evidentemente un reto insertarse en una voz femenina, contar las cosas en primera persona desde esta perspectiva, y hacer que todos esto sea creíble. Conté con mucha ayuda, entre ella la de mi esposa, vi muchos programas femeninos y leí revistas, y ahí apareció un tema esencial, que me parece típico de nuestra época, lo que yo creo que es una religión en el siglo XXI, que es el culto al cuerpo, a la belleza. Ese es el contexto en el que está escrita la historia.

Rebeca es un personaje muy complejo ¿cómo fue tomando forma?

Todos hemos tenido en el colegio la experiencia de que ver algunos alumnos que son objeto de burla. En cierto modo los salones de clase son ‘mini sociedades’ en las que se reproduce las formas de violencia y opresión que después hay en la sociedad. La idea original es esa experiencia. Una vez, hace unos años, vi un programa de televisión que juntaba a alumnos de de la misma clase después de 25 años, y uno de ellos le decía a los demás “ustedes no saben todo lo que yo sufría con las burlas que me hacían”. Los demás respondían que eran bromas que no debían ser tomadas en serio. El hombre contestaba “es que esas ‘bromas’ significaron para mí cosas terribles”. Esa fue una idea que me quedó grabada. De ahí la idea de escribir sobre un reencuentro.

¿Por qué hacer a Verónica la narradora y no a Rebeca?

Me parece que Verónica es un ser más común, más promedio y entonces sirve mejor como mediadora entre el lector y Rebeca, que es un personaje excepcional, monstruoso. Si la historia hubiera sido narrada por Rebeca sería muy distinta.

Además de la gordura de Rebeca ¿se hizo una imagen física más minuciosa de ella?

Te voy a contar algo que me pasó cuando estaba escribiendo El susurro de la mujer ballena. Yo escribo muchas veces en una cafetería frente al mar, en las mañanas, cuando no hay nadie. Un día, cuando recién empezaba la novela entró a la cafetería una gorda inmensa, gigantesca. Yo la noté porque estaba escribiendo este libro. Empecé a mirarla, a lanzarle miradas obsesivas, y ella me miraba también. Esa mujer anónima fue el modelo. Todas las personas que hemos sufrido algún tipo de exclusión –que podemos ser todos en el mundo- estamos de alguna manera representados en este personaje.

Hablemos del eje de la historia

En El susurro de la mujer ballena es muy importante el tema del pasado. Como lo que hicimos en el colegio, o lo que hicimos cuando éramos jóvenes –o lo que dejamos de hacer- tiene un efecto tremendo en nuestras vidas, y es una sombra que se proyecta. De alguna manera Rebeca es una mensajera del pasado que regresa a confrontar y a pedir cuentas. La presencia y la vigencia del pasado es algo que siempre me ha obsesionado mucho. En el mundo quechua el pasado es algo que está delante de ti, y el futuro está detrás. En ese mundo el pasado es lo que ves y puedes verlo, está delante, como no sabes lo que hay en el futuro, pues está a tus espaldas. Yo creo que la armonía, felicidad, la tranquilidad de una persona depende de cómo puede relacionarse con su pasado de una manera que no sea culpable, dolorosa. Esa tranquilidad viene de que tengas una buena relación con tu pasado, de que puedas negociar y tus recuerdos y tranzar con tus culpas.

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