Los otros y Adelaida: el final del 'siglo' de Mallarino

Publicado en por Daniel Ramirez

La tercera parte de la trilogía ‘Bogotá’ es un viaje al interior del delirio de una mujer que no ha podido superar la muerte de su pequeña hija y que busca redención

LOS OTROS Y ADELAIDA es la última puntada de la saga ‘Bogotá’ de Gonzalo Mallarino. Es el punto en el que se cierra el círculo que el autor empezó a ‘dibujar’ hace más de diez años con Según la Costumbre, y en el que quiso cubrir un siglo de historia de la capital.

Esta vez quien la cuenta es Adelaida, la nieta de Alicia -protagonista de Delante de Ellas, la segunda parte de la trilogía-, una mujer perturbada por la muerte de su hija en el atentado al DAS en 1989, que empieza a ver cómo surealidad se desdibuja, llevándola entre lo que es, y lo que no, en una suerte de drama y thriller psicológico.

 ¿De dónde sale  la idea de hacer una trilogía?

Al principio no lo sabía. Yo estuve muchos años escribiendo versos y otras cosas, pero después llegó el momento, por diversas razones, de ensayar una novela, y fueron muchas vicisitudes, pero eventualmente salió la primera novela, y entonces me di cuenta de que podía seguir, que tenía oxígeno para hacer una cosa más larga y sobretodo más ambiciosa del tiempo, de forma que ya me empecé a plantear los confines de todo el siglo, las generaciones de toda una familia. Tuve claro, sin embargo, que las novelas tenían que empezar y terminar de forma independiente. Que lo que justificaba una saga, o lo que podría emparentar las novelas para que fueran primas o primas hermanas, tendría que ser primero, la ciudad, y segundo la estructura misma de las novelas. El tercer elemento, es el ámbito de lo lingüístico, están escritas con una sintaxis y puntuación muy especial. El idioma cambia, Adelaida, la heroína esta novela, no habla igual que su bisabuelo cien años antes. Es evidente que en Bogotá hemos cambiado la manera de hablar. Lingüísticamente era un reto muy grande.Sin embargo son obras independientes. Si las uniéramos con un gran fresco de un siglo de vida en la capital, encontraríamos una riqueza adicional, frente al lector que sólo leyó una.

¿Por qué contar la historia desde el punto de vista de una mujer?

La presencia de la voz femenina es constante, es un elementadoo que también contribuye a la unión de las novelas de la saga. Los personajes femeninos están muy presentes, son muy intensos y estremecedores. Delante de Ellas también es narrada por una mujer. Contar 280 o 300 páginas en la voz una mujer es muy difícil, hay que hacer un largo ejercicio de búsqueda en las entrañas hasta que salga la voz. Hay que buscarla mucho, en el inconsciente, en los recuerdos, los sueños, en las mujeres que han estado en la vida, las hermanas, las primas, la madre, las que han estado en el pasado colectivo de todos los bogotanos. En el momento que el personaje habla y suena verosímil, yo ya tenía la novela. Lo más difícil en esto es encontrar la voz del personaje, el tono. El resto se va armando alrededor de eso.

¿En qué momento sabe que en esta última novela la protagonista va ser una mujer, y que además va ser ella quien va narrar su historia?

Cuando se publica la primera novela, y ya estoy metido en la idea de una trilogía, me voy y escribo el primer borrador de Los otros y Adelaida, antes que la segunda novela. Me doy cuenta de que voy a recorrer cien años, y voy buscando un personaje que no sé qué parentesco tendrá con el médico, pero ya sé que su mundo es femenino. Después, haciendo las cuentas, empiezo pensar quién puede ser ese personaje, lo ubico físicamente, y lo encuentro en un poema que publiqué en el noventa y pico que se llama Pablo VI, cuyo personaje es Adelaida, y me doy cuenta de que ella es la del otro extremo de la trilogía. Entonces escribo esa novela que es muy íntima, muy psicológica. Teniendo los borradores ahí, vuelvo a la segunda parte. Ya se va dibujando el siglo, los personajes, la trama. Escribo Delante de Ellas, y Adelaida esta esperándome para ver cómo llego yo allá para atar todos esos cabos, para que todo salga bien. Eso ya es pura labor de carpintería.

¿Quién lee sus cosas antes de que lleguen la editorial?

Carmen, mi esposa. Yo le digo, "estoy en esto" y escribo uno o dos capítulos, se los doy, y le pregunto si ella ve ahí una novela. Empezamos a discutir algunas cosas, y muchas veces ella dice "no te metas por ahí, o hasta esto tal vez". Si ella dice "está bueno" me lanzo a escribirlo todo, salvo que tenga dudas en cuanto a la estructura. En esos casos paro a la mitad y le doy unos 150 folios. Después hago las versiones finales que pueden ser 20 o 30, hasta que queda.

¿En qué está trabajando ahora?

Los otros y Adelaida la terminé en 2004. Al año siguiente, cuando volví de vacaciones, empecé tres novelas diferentes, y las tres veces fracasé. Incluso llegué a tener 30 o 50 páginas de alguna de ellas, y me di cuenta de que ahí no había novelas, así que las deje de lado. En noviembre estaba muy quebrantado, "me sequé, no voy a poder volver escribir nunca", pensé, "y yo que quería ser escritor el resto de mi vida". Me puse a pensar en que estaba cansado, que llevaba 10 años pensando en la trilogía, entonces lo dejé así, y en enero volvió a sonar, y volví a sentir muchas ganas de escribir. Y ahí voy, adelantado en una novela cuyo primer borrador puede estar listo a mediados del año entrante. Voy muy bien, sale y sale la historia, algo inconsciente. Me alejé de tanto quebranto, y estoy escribiendo algo que sucede en la calle mi infancia en Cali.

Publicado por Daniel Ramírez en 17:47

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