Control Z

Publicado en por Daniel Ramirez

“¿Para quién?”. “Para Camilo, maestro” me dice el muchacho con una emoción que se le derrama por la cara. “Su obra me inspirado mucho”. Las palabras salen con tropiezos acompañadas de una respiración acelerada. “Estar aquí frente a usted, para que me firme uno de sus libros y poder estrechar su mano, es un sueño hecho realidad. Discúlpeme tanta alharaca, pero es que no puedo creer que lo tenga tan cerca”.
¿Maestro? ¿Firma?. “Este libro se ha vendido como ninguno en los últimos años” asegura el hombre que está parado a mi lado, sosteniendo un ejemplar entre sus manos. No puedo ver cómo se llama el libro pero qué importa, es mi libro, y además el mejor vendido en los últimos años. Eso sólo lo podemos hacer los más talentosos narradores. Siempre lo supe. Nunca me cupo la menor duda. Siempre supe que iba a ser uno de los más grandes escritores del país. “En el exterior ya se agotó la primera edición” me recuerda el hombre son una risita de satisfacción.
Qué digo del país, ¡del mundo entero!. “No te distraigas, faltan muchos libros por firmar”. Levanto la mirada. Parece que la librería va a reventar. La fila se enrosca como una culebra, formado un espiral que da varias vueltas dentro del salón. “Cada momento hay más gente. Estamos aquí hace horas y mira todo lo que falta”. Mi mano adormilada de tanto firmar, constata las palabras del hombre. “De aquí vamos a la feria del libro de Guadalajara, y la otra semanatenemos una rueda de prensa en Buenos Aires. Quedan miles de libros por firmar”, recuerda mientras revisa su agenda. No. Su agenda no. Mi agenda. Mi futuro no podía ser otro que este, el reconocimiento a mis facultades. Seguidores, para los que soy un ídolo en esto de las letras, a diestra y siniestra, esperando horas para tener mi autógrafo acompañado de una dedicatoria estándar. Seguramente también doy conferencias, y me invitan a conversatorios para que hable de mi experiencia creativa. Cuántos muchachos deben ver en mí a su maestro. Definitivamente te mereces esto Daniel Ramírez, por tu dedicación, tu esfuerzo, tu tenacidad. Ah. Estoy conmovido, tantos sueños hechos realidad. 
Los flashes no paran de destellar, los de los seguidores y los de los periodistas. ¿Ese que está hasta atrás no es Rafael Castro? Claro que es. Todavía sigue trabajando en ese pasquín de dos pesos. Me mira con desdén. Debe ser la envidia, que para variar debe estarle dando una tunda sin tregua. ¿Qué piensa ahora, ah? ¿Qué piensa? Yo sé que debe estar que se muere, pero qué le vamos a hacer, así son las cosas, y el talento se tiene o no se tiene. Yo lo tengo, y usted no, por eso yo firmo libros y me toman fotos, y usted está allá atrás. Siempre fue tan cuadriculado, Castro, visitando siempre los lugares comunes son su prosa sosa y perezosa. Desde la universidad se acostumbró a ser un segundón, lugar del que ni su zalamería recalcitrante lo pudo sacar. Bueno si quiere le doy unos consejos para que mejore su forma de escribir, no creo que sirvan de mucho, pero bueno, hagamos el intento. 
¡Qué sorpresa! Susana, Susanita. Seguro que me reconociste. Se nota que no puedes esperar la hora de que llegue tu turno para tenerme enfrente nuevamente. Me tuviste cerca cinco años en la universidad y me desaprovechaste. Tranquila, ya te tocará. ¿Pero que haces aquí?, hasta donde me acuerdo tu gusto literario se inclinó siempre a los librejos de superación. Bueno, parece que eso era antes. No queda duda de que te has rehabilitado. Ahora lees libros interesantes, de narrativa envolvente y metáforas perfectas. Vas a recibir un regalo. Cuando llegues te voy a saludar como una amiga.
Todo esto resulta tan natural para mí, las cosas no hubieran podido ser diferentes. Por fin el gran escritor.
“¿Perdón para quién?”. “Para Camilo”.
“Ah si. Bueno, a ver”:

Camilo:
La magia es un puente que te permite ir del mundo visible hacia el invisible. Y aprender las lecciones de ambos mundos.
Con afecto.
Firma ¿Paulo Coelho?

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