No coja a patades el cine

Publicado en por Daniel Ramirez

Imagínese esto. En los últimos meses usted ha dedicado todo su tiempo a pintar un cuadro. Ha pensado cuadro, comido cuadro y dormido cuadro, por días y días. Se ha gastado sus últimos centavos en el lienzo, pinturas, pinceles y demás.
Incluso ha vendido su reloj para sustentar los gastos que conlleva el pintar un cuadro.
Finalmente y después de dejar el alma en el proyecto, el cuadro está terminado. Es suyo. Es lo que pensó.
Es una obra de arte que nació hace mucho de una idea pequeña y que fue madurando a base de esfuerzo y trabajo.
En cada pincelada usted, el pintor, puso toda su pasión. Cuando los trazos no iban de acuerdo al plan usted se preocupó y se quemó las pestañas componiendo el camino.
Pero ya todo pasó y tiene en frente su obra.
Para celebrar decide ir a la cocina a tomarse un café y cuando regresa cinco tipos están acabando el cuadro a patadas y usted no puede hacer nada.
Son muchos y no hay forma de detenerlos. Lo único que puede hacer es, con lágrimas en los ojos, ver cómo estos personajes acaban en dos minutos con su sueño.
Pues el pintor es el equipo de producción de la película colombiana ‘Perro come perro’ que lleva casi un mes viendo como la gente que compra películas piratas le acaba el cuadro a patadas.
Y es que es muy fácil conseguir una copia de la cinta en país plagado de piratas.
Incluso he escuchado de gente a la que le han ofrecido ‘Perro come perro’ por mil pesos.
Señores, eso no costó ni el sánduche que se le dio a un extra durante el rodaje. Con mil pesos uno compra una gaseosa y una menta, listo.
El trabajo y el sacrificio de varios años de un grupo de personas que quieren que este país haya industria cinematográfica, queda reducido a ‘pinches’ mil pesos.
De verdad que eso no tiene ninguna justificación. Muchos piensan que el director y compañía se van a enriquecer si la gente va a las salas a ver la película. Qué va. Muchas veces con esa plata ni siquiera se recupera la inversión.
Yo hablé con Carlos Moreno, director de la película, a finales de 2007, cuando se supo que ésta iba a estar en el Festival de Sundance.
Ese día, después de ver el filme, con el orgullo del que ve al hijo izando bandera, Moreno me contó cómo ‘Perro come perro’ era un sueño que había nacido cuando él y varios de sus colaboradores estaban en la universidad.
A la falta de plata le pudo el talento, le pudieron las ganas y la película se hizo realidad.
Después vinieron los tipos a desbaratar el cuadro a patadas.
Si a usted le duele un rayoncito en la puerta del carro que compró ‘apretándose el cinturón’, imagínese lo que pudieron sentir el equipo de producción y el grupo de actores de ‘Perro come perro’ al enterarse de que se habían robado la película para venderla en los semáforos y sanandresitos.
Eso pasa todos los días y por eso nuestra industria no crece.
Hoy es ‘el perro’ que ha dejado muy en alto el nombre del país en varios festivales del mundo, mañana podría ser cualquier otra película colombiana.
Le propongo algo: si no ha visto la película vaya a cine y disfrútela.
Acuérdese de que los martes, y todos los días antes de las 3 de la tarde y después de las 10 de la noche, la boleta es más barata.
Si la compró pirata, nada, a lo hecho pecho.
Coja ese DVD que ‘huele a picho’ y bótelo, y después vaya a cine y vea ‘Pero come perro’, como toca, porque a nadie le gusta que le desbaraten el cuadro a patadas. No coja el cuadro de Moreno a patadas.cine

Etiquetado en Columnas de opinión

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